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Mostrando las entradas de julio, 2018

No aguanto lo feliz

¿Alguna vez han sentido una felicidad inexplicable? Pero además de sentirla, sienten que pueden reventar como un globo, el estallido de la felicidad, como estalla una carcajada, inevitable y explosiva. A veces, me siento feliz sin ninguna razón, como la sensación que te deja recibir una buena noticia, pero sin buena noticia, sin, cambio de realidad aparente, solo porque sí, me da por sentirme de esa forma. Tengo que confesar que muchas veces, pero sobre todo en esas ocasiones imagino musicales por los pasillos del Corporativo donde trabajo, en el supermercado, en los camiones, todo es material para musicalizar. Las canciones y coreografías resultan irrelevantes, es ver el gesto de felicidad hipotética de la gente que participa en el musical conmigo. Soy consciente de lo mucho que sueño despierta, pero en vez de afectarme (con tono adulto y aristocrático) me ha sido de mucha utilidad. Sí, hay gente que se atreve a llamarme loca, de todo, en buen y mal plan, buen p

Caminata de noche

Era de noche, un viernes o sábado, salió a caminar y fue a dar a aquel bar a un par de cuadras de su casa, ahí se topó con dos personas que intentaban simultáneamente prenderse el cigarro al otro, reían, estaban borrachos y se divertían, mientras su falta de tino los divertía y volvían a reír. Lo vieron, y ambos lo saludaron al unísono cuando se dieron cuenta de que él, había llegado justo con ellos, ellos lo llenaron de preguntas: ¿qué haces aquí? ¿vienes solo? ¿buscas a alguien? Pero él no supo responder. Finalmente pudieron encenderse mutuamente los cigarros y ese signo de triunfo en una noche de viernes los hizo estallar en risa, él supo de pronto que, a pesar de sentir gusto por conoces a tan agradables personas, no estaba en el mismo estadio. Se dio la media vuelta y se iba a marchar cuando uno de ellos le gritó: ¡Oye, me gusta tu camiseta! Se paró, les guiñó un ojo y se terminó de marchar. Las dos personas se miraron: “¿Has visto?, ese perro con camiseta nos gu

Moraleja de baño

¿Les ha pasado eso de tener muy buenas ideas cuando están en el baño? Una vez le dije a un amigo que deberíamos de convertir el mundo entero en un baño, ampliar esas paredes forradas de azulejos y extenderlas por el mundo entero y la razón, es porque creo fielmente que uno, es más uno mismo, cuando está en el baño. Porque ahí pasas momentos muy, muy íntimos como hacer tus necesidades, te desnudas, te tocas (mientras te bañas, ¡noseanasí!) te miras al espejo, a los ojos del espejo te miras, y hay quienes, como yo, en automático, como si se tratara de un concurso o una cabina dedicada a eso, se ponen a cantar, aunque he descubierto que el mundo se divide entre quienes: cantan o bailan en el baño. Pero hay más reflexiones que me ha hecho tener el baño, como el día que encontré un producto de higiene femenina (obviamente usado) en el baño de mi “respetable trabajo”, salí molesta, muy molesta ¿por qué es mejor –menos vergonzoso o sucio- dentro de un baño de mujeres, dejar el produ

Utilidad de las piernas

Si somos afortunados, contamos con un par de piernas cuya función evolutiva es ayudarnos a caminar, a desplazarnos, a avanzar, nos permite ser nuestros propios vehículos, nos sirven de apoyo, de equilibrio. Podemos, si queremos, escalar, subir escaleras es un entramado complejo de ingeniería que nos permite realizar complicados movimientos, pero difícilmente las usamos, difícilmente explotamos su potencial. Estamos más cerca de vivir en la distopía que dibujó sobre la humanidad en Wall –E (animación de Disney) y quienes acaso fortalecen sus piernas, lo hacen dentro de un lugar diseñado para eso. Quizá presumiendo de los kilómetros corridos o caminados, los que hacen más lo hacen en el exterior y sin pagar para poder hacerlo, dan 40 vueltas a un parque o algo similar donde ves a otros como ellos haciendo lo mismo. A lo largo de mi mediana juventud me ha tratado de subir amablemente a vehículos para transportarme, porque me quieren hacer el favor, mi respuesta les resulta extra

Lagartija de madrugada

Eran alrededor de las 3 de la mañana, salí a fumar para entretener el insomnio. Estaba en el patio, frente a la puerta de mi cuarto cuando de pronto, veo a una salamanquesa (besucona) esconderse como se esconden los que huyen, tal y como salida de una escena de acción de una película. Me di cuenta que había otra lagartija, no sé decir muy bien qué lase de lagartija era, pero su cabeza se asomaba del marco de la ventana, buscando, mientras la salamanquesa se pegaba lo más que podía a la pared. De pronto otra salamanquesa salió disparada, corría lo más rápido que podía y el enemigo también la perseguía. La primera que había visto, aprovechando que ya no era la perseguida, buscó otro refugio en la escena. Ahí estaban la lagartija malvada y oscura que bien pudo ser un cocodrilo recién nacido y la salamanquesa, alertas, una detrás de la otra, a cierta distancia, quietas, como si alguien le hubiera puesto pausa a la vida, no podía con eso con tanta adrenalina y quietud. Pasé nosécuán

¿Quién rayos es Dany Disco?

Dany Disco es una leyenda urbana Culichi, un ser mitológico nacido de la propia imaginación de su intérprete y creadora: yo mera petatera. He tenido muchos alias, la mitad los que elijo con soberana libertad como seudónimo para trámites y llenar requisitos entre los que he tenido a: Renata Romandía, María Violencia Pérez, Lula Libé, pero la gente generalmente me llamada Dany, Dany mis jefe, Dany mi mamá, Dany everybody. Aunque ha habido los Dan, Danus, Danita, Vaguiela, Dany Venus, Dany Bunny, Dany Boy, Dany California y ahora la afamada, fascinante, flamante Dany Disco (si no lo digo yo, quién pues, ¡déjenme!) En el mundo alternativo (ni muy-muy, ni tan-tan) en que me muevo, quizá yo sea roquerísima para los buchones y a la vez sea demasiado pouser para los rockeros, en fin, el punto es que yo, que soy yo, y tengo 2 años siendo Dany Disco pa´ los compas o Daniela Discoteque para trámites formales en la vida nocturna de Culichitown. Empezó casi al azar, como un pequeño

Historia de la tripa

La tripa nunca te miente le dijo mientras algo como un beso se estaba cocinando, era, pero no era, entonces nunca fue. Al final de la noche no hubo beso, pero nunca se olvidó de esa cosa extraña que le dijo sobre la tripa. Años, muchos años después, quizá por mero instinto o por interiorización, quizá porque fue encontrando otras formas de corroborar, porque fue encontrando de diferentes fuentes la misma respuesta: hazle caso a la tripa, parecía decir todo, que se lo decía en otras palabras, pero al final eso. Estudios científicos corroboraron que hay neuronas en el estómago, lo que comprobó la sospecha colectiva (y de ella misma) de que el amor o el miedo se siente en el estómago, o por lo menos, ella lo siente ahí. No sabe qué sea, pero también siente algo en el estómago cuando lee algo que le gusta, es más que gustar, es encantar, o algo más, es algo parecido a emoción o vértigo por entrar en otra dimensión, una donde es posible que el autor (en tiempo pasado) y ella (en

Maldición salvadora

Decía la Lispector que escribir es una maldición que salva, mientras que el Pessoa decía que ser poeta no era su ambición, sino su manera de estar solo. Una vez me encontré a una maestra de la licenciatura tiempo después de haberme graduado y me preguntó si seguía escribiendo, a lo que le respondí sin pensarlo: Si no escribo me muero. Creo fielmente en el poder de la palabra, de la caligrafía, en la catársis que me provoca, en el espacio de libertad en que se convierte para mí. La palabra como liberación, creo que todo lo que no se dice te mata por dentro, en el poder de la palabra incluso para herir, por eso cuando estoy enojada, muy enojada lo primero que hago es guardar el más grave de todos los silencios. Aprendí que se dicen muchas cosas de las que uno se arrepiente cuando la cabeza está caliente y no hay manera, forma alguna de reparar lo dicho. También que una cosa dicha a tiempo puede evitar tantas cosas, que unas palabras bonitas pueden hacer sentir personas a las pers

Monte de Versos

Acepta que tu lengua quiere mi fuente primigenia Acepta que quieres hundir tu lengua en mi boca Acepta que soy tu pensamiento recurrente Acepta que tu saliva se derrama por la mía Acepta que la lascivia te, nos inunda Acepta que tienes sed y hambre Acepta que estamos para eso Acepta tienes (tengo) ganas Aceptemos esta noche Acepta todo eso Acéptame ¡Ah!

Gente minúscula

Una ley de Daniela es que, si hay niños que van a viajar en el avión o en el autobús, ellos estarán cerca de mí, enfrente, atrás, a un lado o al otro. Confieso que por mucho tiempo permití que esto me amargara el viaje, a la rutina inmóvil de ir sentada ahí, a la espera de la llegada y los niños llorando, gritando o empujando. Sí, lo hice, me amargué kilómetro tras kilómetro recorrido, lo confieso y lo acepto. No sé si, a) maduré , si b) alcancé la paz espiritual , si c) me volví feliz o d) todas las anteriores , pero el caso es que este fin de semana que abordé un avión, ocurrió lo mismo, había dos niños ruidosos frente a mí, pero el cambio radicó en que morí de risa y más risa me daba ver a mis compañeros de asiento tensos, inquietos. En sus rostros se reflejaba todas las ganas de gritar que se aguantaban, movimientos impacientes de piernas que se acentuaba a medida que subían los decibeles de las expresiones infantiles del tal Mateo . Reía un poco de la amargura de mi

Cadenas de ¿amargura?

Usted, podría morir de la manera más trágica imaginable, o terminar en la peor, en la última de las miserias, porque usted no tuvo la previsión, la perspicacia, el cuidado de mandar, de reenviar esa cadena en donde se le advirtió (sobre advertencia no hay engaño) lo que podría pasarle y usted, sin embargo, no la mandó. La desdicha y desgracia que tiene ahora, pudo ser evitada con reenviar eso, que usted recibió y decidió ignorar. La primera vez que me topé con una cadena, todavía se usaban en papel, te llegaba una y te veías obligado a sacar fotocopias para reproducir y entregar las hojas y la cadena en cuestión para que la nube negra de la desgracia no se posara sobre ti. Era una hoja que el viento trajo hasta a mí, debí tener unos 10 años, porque recuerdo ir con la maleta que llevaba cuando estaba en natación, cuando esa hoja se me pegó a la barriga, y al leerla, ¡oh mi dios! ¡oh mi dios! Debía hacer algo inmediatamente. Como persona consciente fui a contárselo a quien más

En nombre de la felicidad

Tengo la teoría que las personas felices, son felices donde sea y bajo cualquier circunstancia. Digamos que también son personas y tienen malos momentos en sus vidas, pero como diría el Benedetti saben convertir sus reveses en victorias. Y es esa capacidad muy de moda últimamente llamada resiliencia, que no es más que ponerle buena cara al mal tiempo. Pero mi teoría va más allá y casi asegura que la felicidad es algo que engloba y permea todos los ámbitos de la vida de las personas, que la felicidad les viene y la cultivan en las cosas sencillas, son personas que se saben capaces, pero no aplastan a los demás para demostrar qué tan capaces son. Le echan la mano a los demás, halagan y reciben halagos, y sobre todo sus charlas no se centran en hablar mal de las personas o criticarlas, de hecho, si llegan a hablar de las personas es porque les preocupa algo en digamos, son de empatía o es para hablar bien de las personas. Suelen esperar buenas cosas, no con un aura ingenua,

La posibilidad de todo

Creo que siempre fui una y no lo sabía, ahora hago un recuento de mis pensamientos, incluso infantiles y concluyo que esa tendencia mía a no entender por qué derivaba de eso o viceversa . De niña, en general no me parecían interesantes las personas per sé , es decir, siempre preferí estar sola y jugar sola que con alguien más y no intenta ser un relato para que suspiren por la pobrecita de mí, sino una defensa real y amante a la soledad a la cual yo llamo libertad, siempre prefiriendo mi propia compañía, antes, de tener que someterme a la compañía de quien sea con tal de estar acompañada (¡Qué hueva!). En mi infancia temprana tuve en especial un amigo, Alfredo y con él compartíamos momentos y juegos, a veces, Alfredo influido por David, otro niño que aceptamos en nuestros días, decía cosas como es que los hombres esto o las mujeres aquello, es decir en su diminuta cosmovisión los hombres y las mujeres eran cosas tan diferentes que, por decir, no estaba bien para David que yo

Cinemaestro

Abrí los ojos a las 5:30 de la mañana, desconociendo la hora me quedé tendida escuchando el sonido de los grillos para poder adivinar la hora y la película comenzó a proyectarse en mí cabeza, me pasa seguido con películas que me impactan, que me sorprenden y que siembran algo en mí. Una maravillosa escena de sexo maravillosamente larga, una de las escenas más eróticas auténticamente que se hayan hecho en el cine, sin la necesidad de ningún desnudo. ¿Sexo con ropa? Sí y de los mejor rodados, planos, movimientos, intenciones, sonidos, es una oda erótica al deseo. Solo alguien con la elegancia, sensibilidad, paciencia de Sebastián Lelio podía realizarlo. Es el nuevo genio del cine contando las historias de las mujeres “marginadas” o eso que no se habla de la mujer.  Él está visibilizando la sexualidad de mujeres a sus cincuentas, el amor de una mujer transgénero, y el erotismo de dos mujeres todas oprimidas de alguna manera, social o religiosamente. Hubo en especial dos de

No eres tú

No eres tú, no se trata de ti, quise decirle mientras me decía: no estoy de acuerdo. Creo que a estas alturas el tema es irrelevante, pero es la forma en que las personas reaccionan y no precisamente apelando a la racionalidad esa cosa “que nos hace superiores a animales”, esa forma de pensar tiene una palabra: Posverdad. No estaba de acuerdo con algo que ocurría, y no le estaba preguntando si estaba bien o mal, o si estaba de acuerdo o no, yo estaba señalando un hecho. No estoy de acuerdo, decía mientras yo quería decirle que no era una encuesta o concurso de popularidad sino un comportamiento y que deberíamos quitar ese juicio de en medio, esa pantalla de juicio porque podemos estar de acuerdo con un montón de cosas pero eso no las deshace, las evita o las suaviza. Las cosas existen, creas o no en ellas, muchos errores se han cometido por rendirle culto a la ceguera, por dejar pasar, por no querer ver, por estar en desacuerdo, pero no es de eso lo que se trata, debemos apre

10 cosas sobre mí

1. Hasta hace 1 año, seguía usando la credencial de elector que saqué a los 18 años (así es, no la había perdido, y seguía mostrando el rostro esa morra con la que no sé qué tanto tengo en común, esa que salía con cara de: “dame un peso”. 2. Hasta hace 3 meses no había adquirido ninguna deuda con ninguna institución, pero tener un colchón decente era justo y necesario, puedo decir que estoy oficialmente enamorada de mi cama. 3. Todavía no tengo tarjeta de crédito y nunca la he tenido y mi única ilusión al sacarla es: viajes y libros. 4. Todos los celulares que había tenido en la vida, hasta hace dos dispositivos (estoy estrenando el segundo) habían sido regalos de gente buena a la que le interesaba más que a mí que yo tuviera un celular. 5. He tenido solo dos números de celular, el segundo lo quise cuando me cambié de ciudad y de compañía telefónica (una cuestión de numerología, nuevos cambios y por qué no, ser ilocalizable para viejos rastros de vida) 6. Mis dos mejores

El nombre de las cosas

Ayer sostuve una charla intelectualoide con mi hermoso amigo Efraín, sé que si tengo alguna duda sobre lo que sea, puedo recurrir a él porque es mi versión de héroe cuyo superpoder es saber mucho sobre muchos temas y recordarlo de manera fresca y casi fotográfica. Entonces, ayer lo consulté porque me di cuenta que no hay una palabra para nombrar la lubricación femenina más que justo como lo acabo de llamar y el descubrimiento me indignó. Y empecé así la conversación: Semen es a hombre como ______________ es a mujer Pero no era óvulo lo que buscaba, obviamente sé que un óvulo se llama óvulo, bueno, le dimos la vuelta, entonces nos volcamos a la etimología, y le digo si en el hombre, semilla es la palabra, para seguir esa lógica podríamos llamarnos tierra, cosecha, o cultivo obviamente en latín. Alegamos largo tiempo porque sí, por qué no, hasta que le anuncié que iba a inventar esa palabra, y tiene que ser bonita y sensual, parte de mi experiencia laboral consiste

Fuerte y claro

Escribo esto después del triunfo de López Obrador y no puedo dejar de pensar en la historia de Lula Da Silva, incluyendo el desenlace que tuvo, encarcelado por un departamento, mientras quienes impulsaron su juicio son la versión brasileña de personas de la calaña de Meade y Anaya cuya corrupción a gran escala fue más que demostrada, capaces por ejemplo dar agua salina a niños con cáncer con tal de llenarse los bolsillos. https://www.nytimes.com/es/2017/12/05/amlo-cerca-de-lula-y-lejos-de-chavez/ El fenómeno de AMLO ha generado temor y esperanza de manera bipartita. Ha sembrado temor de los siempreganadores  (PAN y PRI) aunque no ganaran, de la cúpula de poder a la que llamo monarquía política mexicana , porque tienen las mismas prácticas, se casan entre ellos, sin importar los partidos, heredan a sus hijos los puestos y jerarquía. Y con ellos, los mexicanos que se sienten los de arriba o por lo menos de clase media, pero (¡oh-oh!) les tengo una mala noticia, acompañada de una