Ir al contenido principal

Ahora es a toda hora

Te levantas, comes, te diviertes, amas, trabajas y te acuestas. Todo en el mismo espacio, todo en el mismo espacio durante más de 60 días. Te has preocupas por hacer bien las cosas, por no salir, no exponerte, no ser de los que cooperan para mal a la proliferación.

Ya son tres meses, tres meses de encierro, de cuidados, de desinfección, de miedo, ansiedad y de trabajo sin horarios, de amigos y familia sin abrazos, de amor de lejos, de extrañar, de no saber cuándo será posible abrazarlos, cuándo será posible visitar tu ciudad.

Y si acaso es posible, cuántos van a estar para verte, cuántos quedarán. No me puedo quejar, tengo trabajo, no me puedo quejar, hay comida. No me puedo quejar, hay luz, agua, internet, paquetes que llaman a mi puerta porque yo no puedo ir a ellos.

Cuando el tiempo se dividía en espacios, personas y rutinas, el día parecía más lúcido, más optimista, más cambiante, dispuesto a cambiar con pequeños gestos. Caminar, cruzar el puente, regresar a casa, ir a la oficina, reír con tus compañeros, compartir algo.

Ahora todo enojo, ansiedad, frustración, tristeza, desesperanza, hambre, comida, amor, esperanza todo, está reunido en un mismo espacio y el tiempo se ha vuelto poco claro, qué día es, ¿ya son las siete? ¿es jueves ahora? Porque lo mismo da un lunes que un sábado, igual el trabajo reclama, no hay espacios temporales definidos ya para descansar y saber que nadie se atreverá a llamar por teléfono porque ya no es hora, y ahora, toda hora, es hora.

Un cambio está, que no sabemos bien cómo definir. ¿Será seguro invitar a un par de amigas a casa? ¿Voy a poder abrazarlas? ¿Ya no podré consolarlas cuando lloren? ¿Mi casa siempre abierta es ahora una puerta cerrada? ¿Se habrán cuidado como yo? ¿Seguirán las reglas básicas de higiene?

Parece que lo más humano ahora, es lo inhumano de ayer. No entrar en contacto, mantener la distancia, porque si mantengo mi distancia me cuido y te cuido. Pero hoy, ahora en junio, después de afrontar optimistamente los anteriores días de encierro, me pregunto ¿de qué ha servido que yo sí cumpla?

Esto es lo mismo que esperar el verde del semáforo para avanzar y que a mitad del cruce alguien que no pudo esperar al verde que le correspondía, te lleve contigo y todos tus pedazos.
Porque “en algún momento todos nos vamos a contagiar” ¿es una forma extraña de dar ánimo o es un permiso indirecto a no hacer nada? No tengo ninguna respuesta, pero sí muchas preguntas, tengo ahora, todas las preguntas del mundo, aunque mi mundo ahora, sea este espacio, este tiempo y ninguna respuesta.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Vida nada te debo

El día de mi cumpleaños recibí el primer abrazo de una amiga que estaba celebrando conmigo de la manera más random el 14 de febrero. Sin proponérnolo celebramos el Día del Amor y la Amistad cenando en casa sandwiches, en fachas y hablando de todo y nada. Vino el día siguiente, el de mi cumpleaños. No tenía ganas de celebrar como el año pasado, primero porque mi gran cómplice no estuvo en la misma ciudad, segundo porque el dinero/tiempo invertido el año pasado no trajo consigo mayor índice de felicidad, así que decidí anunciarlo así a quien me felicitó y preguntó: Estaré recibiendo abrazos en mi casa. Se lo dejé todo a la vida, vino quien quiso, quien preguntó, quien manejó e hizo cosas para venir. Estando aquí la música, la gente, el ambiente. Sin importar quién, por cada vez que persona que abrió el refrigerador para poner cerveza, siempre dejó escapar una expresión de: ¡órale! había más cerveza que personas eso era un hecho, había menos sillas que personas. ¿Ya les dije q

Diferencias de la lengua

Algo que hay que anotar es que los mexicanos y sobre todo los norteños solemos ser presumido y creamos una competencia de la nada, pues bien, en mi paso como sonorense por Sinaloa me he encontrado algunas diferencias lingüísticas en las que no me detendré profundamente pero... Piñado: La primera vez que lo escuché lo relacioné inmediatamente con la piña, sí, el fruto, que es delicioso sí, pero no creo que tenga la suficiente fuerza para expresar lo que ellos desean, como decir traumado, volado. Bichola: Para un sinaloense decente esta, no es una palabra altisonante y mucho menos vulgar, es una forma regional de decir que alguien está desnudo, lo que para nosotros es bichi. Mientras para nosotros es una forma que sonrojaría a cualquiera, no lo dirías enfrente de tu abuela para referirte al aparato sexual masculino. Sopitas : Esta es la más chistosa para mí, cuando llego a preguntar su procedencia hay un aire de indignación y una pregunta a la defensiva ¿y cómo le dicen allá? a

Polarizado oscuro

A ver, seré clara: tu estás buscando tu peso ideal, y has tenido una vida sendentaria, no es posible seguir descansando y esforzarse lo mismo pero que además hagas más ejercicio, comas mejor y tengas le mismo tiempo, todo por igual, en perfecto equilibrio, es decir: bajes de peso desde tu sillón. ¿Absurdo no? Pues los que rezan una y otra vez por el igualismo, una de sus lógicas es esta. Ahora les diré, no puede haber equilibrio si antes no se pasa por esto. Digamos que ahora hablamos de economía, la economía se mueve en ondas, arriba-abajo, y así es como fluctúa, es decir el ideal de economisma es llegar a arriba y no caerse, pero una realidad es que no puede mantenerse por siempre ganando, yendo hacia arriba, el equilibrio de ganancia deseado no existe. O si esto fuera un acto de psicomagia, tiene que haber sacudida para que el subsconciente, totalmente irracional “entienda” a donde quieres llevarlo. Ahora, si esto que te he dicho te suena lógico, te invito, te exhorto,