
No todo lo que decimos es lo que quiere ser escuchado. No toda palabra está hecha para ser escuchada, porque siempre quedará, taparse los oídos o escuchar verdades a medias porque es más cómodo pecar sin que nadie sepa, pecar sin que te sea señalado. A nadie le gusta ser mala persona, pero más que el acto o la falta de ellos para poder serlo, de lo que se esconde la gente es de ser pronunciando como una mala persona. Y nos vendemos nuestras verdades que después tratamos de venderle al mundo y ya porque nadie se atreva a negarlo frente a nosotros creemos haber hecho un buen trabajo.
No, no todo acto verdaderamente heroico lleva consigo el aplauso inmediato del mundo. Porque a veces lo verdaderamente heroico es lo que se hace a pesar de la ausencia de aplausos pero que está bien, porque es en pos de lo correcto aunque lo correcto por hoy sea, quedarse callado y que alguien más lo resuelva.
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