No nos reímos, no nos dio risa. Huímos inmediatamente de ahí. Estábamos en una reunión, antes había sido un pequeño festival y se convirtió en el after del encuentro y todos los de ahí, nos fuimos para allá.
El beer pong comenzó a gestarse, ¿por qué no? vamos a jugar, nos acercamos. Lo primero que pasó fue un grupo de hombres tratando de explicarnos, de la manera más confusa las reglas (eran otras) todos intervenían, se notaban estimulados por la presencia de las mujeres.
Dentro de una de las explicaciones, para describir una forma se refieren a ella como: la forma de una "panochita" de trece años, hicieron ademanoes con las manos, hicieron hincapié, ellos rieron, nosotras no reímos. ¿Ya mencioné que había 90% hombres, 10% mujeres? después de eso, le susurro a mi amiga, yo no juego y me retiré de manera inmediata, ella se fue detrá de mí.
Le dije no voy a jugar con esos orangutanes que creen que eso es un chiste. A ellos le da risa porque no viven con miedo, a nosotros no nos da risa porque vivimos con miedo instalado en el cuerpo. El miedo de supervivencia.
Nos alejamos lo más que pudimos, nos rodeamos de otras mujeres y hombres con los que veníamos. Me hizo preguntarme, ¿están tan enajenados en su mundo que creen que eso iba a darle risa a mujeres? ¿Era su intento de ligue?
Nos fuimos tres, juntas, precisamente para que las que viven lejos no se fueran solas. Pedir el uber, revisar que tenga experiencia, suficientes viajes, buena calificación, es una rutina cada vez que salgo con mis amigas, y aun cuando yo haya llegado a casa, no dormirme hasta saber que cada una llegó y está a salvo es parte de nuestra rutina de fiesta, porque somos mujeres en un país que no entiende que eso no son chistes y que por esos chistes el miedo está latente.
No son chistes, es una realidad que sus mentes escupen, sus bocas expulsan lo que sus cabezas tienen en mente como bueno y aceptable, por eso lo dicen en voz alta, frente a mucha gente. A mí no me vengan con el sentido del humor si no entienden primero nuestro instinto de supervivencia.
No, nos dio risa.
El beer pong comenzó a gestarse, ¿por qué no? vamos a jugar, nos acercamos. Lo primero que pasó fue un grupo de hombres tratando de explicarnos, de la manera más confusa las reglas (eran otras) todos intervenían, se notaban estimulados por la presencia de las mujeres.
Dentro de una de las explicaciones, para describir una forma se refieren a ella como: la forma de una "panochita" de trece años, hicieron ademanoes con las manos, hicieron hincapié, ellos rieron, nosotras no reímos. ¿Ya mencioné que había 90% hombres, 10% mujeres? después de eso, le susurro a mi amiga, yo no juego y me retiré de manera inmediata, ella se fue detrá de mí.
Le dije no voy a jugar con esos orangutanes que creen que eso es un chiste. A ellos le da risa porque no viven con miedo, a nosotros no nos da risa porque vivimos con miedo instalado en el cuerpo. El miedo de supervivencia.
Nos alejamos lo más que pudimos, nos rodeamos de otras mujeres y hombres con los que veníamos. Me hizo preguntarme, ¿están tan enajenados en su mundo que creen que eso iba a darle risa a mujeres? ¿Era su intento de ligue?
Nos fuimos tres, juntas, precisamente para que las que viven lejos no se fueran solas. Pedir el uber, revisar que tenga experiencia, suficientes viajes, buena calificación, es una rutina cada vez que salgo con mis amigas, y aun cuando yo haya llegado a casa, no dormirme hasta saber que cada una llegó y está a salvo es parte de nuestra rutina de fiesta, porque somos mujeres en un país que no entiende que eso no son chistes y que por esos chistes el miedo está latente.
No son chistes, es una realidad que sus mentes escupen, sus bocas expulsan lo que sus cabezas tienen en mente como bueno y aceptable, por eso lo dicen en voz alta, frente a mucha gente. A mí no me vengan con el sentido del humor si no entienden primero nuestro instinto de supervivencia.
No, nos dio risa.
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