Lo ves, te ve, se acercan uno al otro, se visitan y se besan, se van acercando más el uno al otro, con el tiempo, viene lo que tiene que venir, se casan.
Con más tiempo viene lo otro que también tiene que venir, tu madre, el padre, tu ama de casa, el trabajador.
Eres feliz, lo amas, cuidas a su hijo, de su casa, de él. Él llega cansado del trabajo y no quiere hacer nada, tú después de pasar todo el día cuidando a su hijo, lavando trastes, comprando comida, pagando cuentas, cocinando, yendo y viniendo, y limpiando lo que vas haciendo, no has hecho nada.
Tienes tu mejor trabajo, eres mamá, 24/7, ¿qué más le puedes pedir a la vida? tienes la vida que siempre quisiste, esposa, mamá, amante.
Toma en cuenta que él hiciera lo mismo si estuvieras o no estuvieras tú, como adulto con estudios y con independencia económica, de todos modos trabajarías, tú, no necesariamente pasaras todo el día encerrada en casa llena de saliva, llanto, vómito y llanto, pero eres feliz.
Cuando él llega, tratas de tener todo listo, limpio, caliente, oliendo a rosas, pones una buena cara, aunque estés cansada porque él lo merece todo. Él no siempre llega con buena cara, él no siempre dice gracias, él no siempre te besa, pero está bien, porque está cansado.
Si alguien te pagara por todo lo que haces, tendrías un sueldo 4 veces mayor que el de él, pero es una locura pensarlo, lo haces por amor, porque quieres, porque lo amas y a tu bebé.
Un día, él llega malhumorado y te pide cena, sin mirarte y con toda ausencia de ternura, ese día no sabes por qué pero no pudiste, no lo hiciste y èl se enoja, porque lo único que tienes que hacer es hacer una simple cena y no has podido, mientras él se mata trabajando. Pelean, y te quedas triste y angustiada, eres un fracaso como esposa y ama de casa.
Pasan los años y el amor, un día lo encuentras extraño. La verdad sale a la luz, él tiene una amante y te propone, en buena onda, que sigas siendo su esposa para no dejarte en la calle, sí. Todo el tiempo que invertiste en demostrarle cuánto lo amabas un día se convirtió en tu aburrida obligación, porque no estabas guapa, porque no te portabas deseosa, porque no lo provocabas más.
Y tú, que lo dejaste todo, por él, por el cuento de felicidad, trabajaste más horas que él, sin que "trabajaras" y aportaste sin que te pagaran el 24% del PIB nacional, y ahora estás, triste, mayor, con hijos, traicionada y no, felicidad es lo último que sientes.
El amor romántico es la estrategia más vieja de sometimiento machista, porque nadie va a decir que no cree en el amor, porque ¿el amor todo lo puede no?
Con más tiempo viene lo otro que también tiene que venir, tu madre, el padre, tu ama de casa, el trabajador.
Eres feliz, lo amas, cuidas a su hijo, de su casa, de él. Él llega cansado del trabajo y no quiere hacer nada, tú después de pasar todo el día cuidando a su hijo, lavando trastes, comprando comida, pagando cuentas, cocinando, yendo y viniendo, y limpiando lo que vas haciendo, no has hecho nada.
Tienes tu mejor trabajo, eres mamá, 24/7, ¿qué más le puedes pedir a la vida? tienes la vida que siempre quisiste, esposa, mamá, amante.
Toma en cuenta que él hiciera lo mismo si estuvieras o no estuvieras tú, como adulto con estudios y con independencia económica, de todos modos trabajarías, tú, no necesariamente pasaras todo el día encerrada en casa llena de saliva, llanto, vómito y llanto, pero eres feliz.
Cuando él llega, tratas de tener todo listo, limpio, caliente, oliendo a rosas, pones una buena cara, aunque estés cansada porque él lo merece todo. Él no siempre llega con buena cara, él no siempre dice gracias, él no siempre te besa, pero está bien, porque está cansado.
Si alguien te pagara por todo lo que haces, tendrías un sueldo 4 veces mayor que el de él, pero es una locura pensarlo, lo haces por amor, porque quieres, porque lo amas y a tu bebé.
Un día, él llega malhumorado y te pide cena, sin mirarte y con toda ausencia de ternura, ese día no sabes por qué pero no pudiste, no lo hiciste y èl se enoja, porque lo único que tienes que hacer es hacer una simple cena y no has podido, mientras él se mata trabajando. Pelean, y te quedas triste y angustiada, eres un fracaso como esposa y ama de casa.
Pasan los años y el amor, un día lo encuentras extraño. La verdad sale a la luz, él tiene una amante y te propone, en buena onda, que sigas siendo su esposa para no dejarte en la calle, sí. Todo el tiempo que invertiste en demostrarle cuánto lo amabas un día se convirtió en tu aburrida obligación, porque no estabas guapa, porque no te portabas deseosa, porque no lo provocabas más.
Y tú, que lo dejaste todo, por él, por el cuento de felicidad, trabajaste más horas que él, sin que "trabajaras" y aportaste sin que te pagaran el 24% del PIB nacional, y ahora estás, triste, mayor, con hijos, traicionada y no, felicidad es lo último que sientes.
El amor romántico es la estrategia más vieja de sometimiento machista, porque nadie va a decir que no cree en el amor, porque ¿el amor todo lo puede no?
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