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Vida, conversaciones y gente

Naces, creces, te vuelves buena persona, simpática, eres amable y considerada con las personas, escuchas a las personas, cuando te lo piden, aconsejas, te has puesto de su lado, has defendido a esas personas, les has abierto las puertas de tu casa, has platicado con ellos y has sentido gusto cuando han tenido triunfos, compartes tu poco tiempo y dinero en convivir porque los quieres.

Y un día, un buen día, en una conversación cualquiera, sale a relucir, el machismo o la homofobia, la glorificación de la violencia, el clasisimo o racismo, y te das cuenta que en realidad esas personas que has llamado amigos, a los que has querido, valen verga.

Tú estuviste cuando te necesitaron, los defendiste aun cuando no estaban presentes, has hablado bien de ellos y les has deseado, de corazón, todo lo mejor y ellos, al primer descuido lanzan su homofobia, su clasismo, racismo, machismo y son una rotunda decepción humana.

Te das cuenta que ellos no harían lo mismo que tú has hecho por ellos, y quizá, por eso jamás has terminado de encajar, de sentirte en casa, de tener toda la confianza, porque sabes, ahora lo sabes, no saben amar, si supieran, si supieran amar, te amaran por lo que eres y no por lo que les das, te defendieran, y al contrario en lugar de buscar incomodarte o de hacerte perder la paciencia, harían las cosas que hacen las personas que aman, pero no es así.

Y lees por ahí: no esperes que la gente te ame, la mayoría ni siquiera se aman a sí mismos, y lo sabes, ¡qué cosa más cierta! Y esperas que algún día no aprendan las cosas a la mala, porque sabes que la vida así es, se empeña en enseñarte lo que hay que aprender y el único aprendizaje verdadero es el amor, con sus puntos de apoyo, el respeto, compasión, tolerancia, empatía y esas cosas bonitas que somos capaces de ejercer y que aparentemente pasamos la entera vida resistiéndonos a ofrecerlo a quienes nos rodean.

¿Por qué nos empeñamos en ser nefastos? ¿Qué cosa impulsa a una persona a despreciar a otra, a reprobarla por su color de piel, ingresos mensuales, orientación sexual, sexualidad, origen étnico, forma de vestir? ¿Qué ganamos aplastando al resto? ¿Qué placer se encuentra en la desgracia, error, exclusión ajena?


Esta es una invitación a quienes puedan y quieran los invito a detener, bloquear a intervenir, a tomar un papel activo ante comentarios:

  • Machistas
  • Homofóbicos
  • Transfóbicos
  • Clasistas
  • Racistas
  • Violentos
Quedarte callado es ser cómplice de los atropellos a los Derechos Humanos. Siéntete responsable.

*Es una reflexión alrededor de la pasividad dominante ante los normalizados comentarios en medio de conversaciones ccomunes.Intervén, participa, detén el odio disfrazado de chiste para la gracia y aprobación de personas a quienes les importas una mierda. 

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