Un comentario mío
en redes sociales desata por lo menos dos contradicciones de dos
constantes refutadores míos. En la vida real suelo estar en la misma
habitación con esas dos personas tratándonos cordialmente (casi
siempre).
Hay algo que le digo
a quienes que me preguntan cómo tolero y tengo la paciencia y el
valor de querer a gente que está buscando siempre contradecir todo lo que digo como deporte diario. Pues bien, en mi plan de trabajo de La Buena Feminista
está ser tolerante, aguantar, escuchar, aguardar y explicar una y
otra vez a quien pregunte y esté dispuesto a escuchar, no hay peor
explicación que la que nadie escucha.
No voy por la vida
parando las conversaciones, interviniendo o tirando panfletos o
performanceando con los senos al aire sobre lo que ES y NO ES
feministo/machismo. Que ¡Ojo! No estoy despreciando esta forma de
manifestarse, cada quien tiene su estilo. Pero qué hueva que te
regañen todo el día, todo el tiempo.
Pero hay un poder,
el de la consciencia, cuando te declaras abiertamente feminista, es
una especie de foco encendido que está ahí, en la habitación y te
ayuda a ver las cosas de otra forma, no deslumbra, no daña, es una
bombilla encendida, una vela si quieres, una luz de otro color, como
lo quieras, pero el efecto que causa no es inmediato pero sí
profundo.
Siempre, por mi
personalidad, de no ser el modelo de mujer socialmente aceptable y
para lo que socialmente la mujer ha sido diseñada, me he llevado más
fácilmente con hombres. Pues estar en medio de hombres me ha ayudado
a entender la psicología insertada en ellos, como filtran ellos los
estereotipos, que también padecen, aunque no dejamos de ser la
generación que ha sido criada en una cultura machista y a mitad del
camino, nos han cambiado la jugada.
En fin, mi estilo de
La Buena Feminista es hacer preguntas, las preguntas siempre llevan a
la reflexión y más que esperar que me respondan, a veces se
responde a priori, pero meter una pregunta en la cabeza de alguien lo
hace reflexionar. Pero siempre hay una intensa búsqueda de
contradecir, de estar en contra, de loquesea, incluyendo a mujeres es normal, es la resistencia al cambio, es el poder que otorga "tener la razón" que a veces, "tener la razón" no es más que el apoyo de la mayoría, cosa que no vuelve "cierta" tu verdad, sino en la más aceptada.
Me causa fascinación el absurdo de una mujer diciendo cosas machistas o que es casi lo mismo, cosas en contra del feminismo, se nota lo bien que ha sido entrenada, y me encanta más una mujer trabajadora diciendo que el feminismo no me representa y decirle:
Me causa fascinación el absurdo de una mujer diciendo cosas machistas o que es casi lo mismo, cosas en contra del feminismo, se nota lo bien que ha sido entrenada, y me encanta más una mujer trabajadora diciendo que el feminismo no me representa y decirle:
Cariño, si ahora puedes hablar, y trabajar y tener una opinión sin ser quemada en la hoguera, golpeada o lapidada es porque el feminismo ya te representó, que no te enteres es otra cosa, si ignoras que tienes células no significa que tus células van a dejar de trabajar solo porque no sabes que están trabajando.
Ayer, por fin, vi el fruto de
ese método de trabajo (si es que puede llamársele método) es que
se aprende más con amor que con jalones de orejas. Uno de mis
principales antagonistas mientras veía su caricatura favorita de
toda la vida y de todos los tiempos, notó y dijo esto: de morrito no me
daba cuenta pero qué acosador y pervertido el X personaje. ¡Bravo!
¡Bravísimo! Y agregó: pero apenas en esta época uno se da cuenta.
Exacto, sí, y recontra sí, así es el pedo y así está la cosa. Ahora eres capaz de darte cuenta, aunque te guste fingir que no pero una consciencia ha sido abierta y ya no va a cerrarse, esto va a crecer y para las próximas generaciones que ya nacieron con la equidad.
Pero así funciona declararse feminista en una sociedad machista y ser una mujer ante una mayoría de hombres, yo podría ahorrarme mucho bullying, chistes y constantes expresiones machistasadrede, pero no se trata de esconder, sino de visibilizar es la ganancia de hacerse ver.
Exacto, sí, y recontra sí, así es el pedo y así está la cosa. Ahora eres capaz de darte cuenta, aunque te guste fingir que no pero una consciencia ha sido abierta y ya no va a cerrarse, esto va a crecer y para las próximas generaciones que ya nacieron con la equidad.
Pero así funciona declararse feminista en una sociedad machista y ser una mujer ante una mayoría de hombres, yo podría ahorrarme mucho bullying, chistes y constantes expresiones machistasadrede, pero no se trata de esconder, sino de visibilizar es la ganancia de hacerse ver.
Al final, esta sería
la respuesta para quienes me preguntan por qué frecuentemente suelo
estar en la misma habitación con mis principales detractores, y yo lo llamo, de lo que me llena: Esperanza.
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