Ir al contenido principal

Crónica de ninguna cosa


Tú no estás leyendo esto y yo no le he escrito. Esta no es una frase. No lees esto que escribo negando que escribo.

Es viernes, amaneció lloviendo y tengo ganas de jugar o de quedarme en casa a leer, pero aquí me tienen, escribiendo esto desde la tecnología prestada por el lugar en que trabajo.

Quisiera acaso tener la libertad de renunciar a venir o de elegir el día de hoy mi lugar de trabajo, mirando desde una ventana cómo se escurren las gotas de lluvias que se estallan contra el cristal, mientras bebo un café tras otro y quizá piense en escribir algo o quizá prefiera quedarme en silencio.

No sé, pienso mucho en la contradicción, como tópico de talkshow hay días en que pienso algo y le doy vueltas y saco mis propias conclusiones, quizá a veces tengo congresos enteros dentro de mi cabeza, con panelistas a favor y en contra y público que toma notas acerca de lo expuesto.

A veces, despierto con un canción incrustada en la cabeza y la repito y la reproduzco dentro y fuera de mi cabeza, dejo incluso que sean las canciones chocantes que no escucharía en un día convencional, pero sucede y dejo que suceda.

Ayer me desperté con una idea sobre una obra de teatro que le enviaré a Eva en cuanto tenga algo construido, por mientras, se quedará como un apunte en uno de mis cuadernos. Arrancaré la hoja, la llevaré del trabajo a mi casa y ahí la meteré en algún lugar con otras hojas arrancadas con otras ideas de otros días.

Días como estos me dan ganas de renunciar el capitalismo mismo, y luego pienso que deberá haber una manera en que escapar de todo, rodeada de todo debe ser difícil, o un acto de magia que ningún mago ha intentado.

Este, confesionario de nada y es consecuencia del día nublado y a las ganas que me han dado de todo lo que me pasa por la cabeza, como esos juegos en que tienes que pescar a los peces magnéticos mientras giran para escapar.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Vida nada te debo

El día de mi cumpleaños recibí el primer abrazo de una amiga que estaba celebrando conmigo de la manera más random el 14 de febrero. Sin proponérnolo celebramos el Día del Amor y la Amistad cenando en casa sandwiches, en fachas y hablando de todo y nada. Vino el día siguiente, el de mi cumpleaños. No tenía ganas de celebrar como el año pasado, primero porque mi gran cómplice no estuvo en la misma ciudad, segundo porque el dinero/tiempo invertido el año pasado no trajo consigo mayor índice de felicidad, así que decidí anunciarlo así a quien me felicitó y preguntó: Estaré recibiendo abrazos en mi casa. Se lo dejé todo a la vida, vino quien quiso, quien preguntó, quien manejó e hizo cosas para venir. Estando aquí la música, la gente, el ambiente. Sin importar quién, por cada vez que persona que abrió el refrigerador para poner cerveza, siempre dejó escapar una expresión de: ¡órale! había más cerveza que personas eso era un hecho, había menos sillas que personas. ¿Ya les dije q...

De J.K Rowling, biología y Almodóvar

Hay un escándalo en medio de esto. J.K. Rowling es acusada de transfóbica. Primero salió un hombre a decir que las mujeres trans son mujeres. A mí me gustaría que como heterosexual, lo demostrara, más que aplicando el mansplanning, teniendo una relación con una mujer trans. Creo que la respuesta de él, sería: no me siento atraído hacia las mujeres trans, pero ¿por qué? si son mujeres, tú lo estás diciendo. En el mismo sentido, yo he sido llamada transfóbica, tan solo porque como mujer biológica y lesbiana me siento atraída sexualmente por otras mujeres biológicas. Sí, mi mera existencia es lo que llaman transfobia, su derecho es decirme que no tengo derecho ¿se dan cuenta? Una lluvia de agresiones y ofensas he tenido en carne propia, veo los colectivos LGTB y me doy cuenta que están en la misma postura. Ahora una lesbiana es libremente agredida, por su orientación y deseo sexual por mujeres trans, porque tengo que aceptar lo que han osado llamar "pene femenino". Además,...

Diferencias de la lengua

Algo que hay que anotar es que los mexicanos y sobre todo los norteños solemos ser presumido y creamos una competencia de la nada, pues bien, en mi paso como sonorense por Sinaloa me he encontrado algunas diferencias lingüísticas en las que no me detendré profundamente pero... Piñado: La primera vez que lo escuché lo relacioné inmediatamente con la piña, sí, el fruto, que es delicioso sí, pero no creo que tenga la suficiente fuerza para expresar lo que ellos desean, como decir traumado, volado. Bichola: Para un sinaloense decente esta, no es una palabra altisonante y mucho menos vulgar, es una forma regional de decir que alguien está desnudo, lo que para nosotros es bichi. Mientras para nosotros es una forma que sonrojaría a cualquiera, no lo dirías enfrente de tu abuela para referirte al aparato sexual masculino. Sopitas : Esta es la más chistosa para mí, cuando llego a preguntar su procedencia hay un aire de indignación y una pregunta a la defensiva ¿y cómo le dicen allá? a ...