Hablemos de Avelina Lésper y todo lo que despierta.
¿Por qué es importante? Es importantes porque ha hecho lo que pocos, ha hecho
transmedia, ha editado libros y ha hablado de algo que siempre he dicho, el
arte contemporáneo está plagado de intenciones, justificaciones y procesos,
cosa que al final, es decir, el resultado no alcanza a verse.
A mí no me importa lo que tuviste qué hacer para
llegar a eso, si a lo que llegaste mueve, me habla a mí. Pero creo que el
problema es, los artistas contemporáneos, esperan ser aplaudidos y ella (la
Lesper) en realidad, los abuchea, y eso indigna a una generación de artistas
que cree que colocar baldes de colores, trapeadores, llantas de autos, es hacer
arte, además de esperar aplausos y becas, ellos han hecho grande la figura de
Lesper, porque su indignación, sus grafittis con “Me la pelas” han hecho de
ella una figura ahora de la cultura pop.
Ahora, imaginemos eso en una situación, digamos en la
escuela, llegas a clase y entregas una hoja en blanco, le dices a la maestra de
filosofía que ese es tu ensayo, y el ensayo es el vacío, la maestra te dice que
estás justificando creativamente ser un zángano. Es lógico que la maestra te
repruebe o te ponga cero al menos en ese trabajo. Así mismo sucede con el arte.
Suponiendo que eres un artista muy trabajador, pero si
al final le dices a la gente que tiene que esforzarse un poco por entender tu
obra es esperar que el mundo se amolde a ti, es narcisista e ignorar que te
estás dirigiendo a un público, sobre todo si vives del público. ¿Osacómo? ¿Vives
de mí pero me ignoras? Suena a relación altamente tóxica, que tampoco debería
suceder.
Ignorar o hacer que el espectador “se esfuerce tantito”
en un país donde el consumo cultural es mínimo en proporción de los 113
millones de mexicanos que somos, es, admitámoslo muy egocentrista, no es
establecer una comunicación sino bloquear la comunicación, porque no piensas en
el público al que te diriges.
Si esto fuera publicidad en lugar de arte, no puedes
ignorar bajo ninguna circunstancia al público porque es al que te diriges, y
eso que tus recursos, tu pago no viene directamente del bolsillo del público.
El peligro del arte es el ego, el arte no debería
correr peligros. Entiendo que hay obras y piezas que te confrontan y quizá
hasta incomoden, pero no se olviden del público. “El arte no es industria” lo sé, pero es precisamente
pensarlo de esa manera, lo que ha hecho fracasar el arte y reducir cada vez más
a su público.
Artistas, abran su mente primero si quieren abrir la
nuestra.
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