Me gusta la gente que cambia, que se vuelve mejor, como diría El Agrado de Todo sobre mi madre, una se vuelve más auténtica cuando se parece más a lo que siempre quiso ser.
Hay dos historias de dos personas que conozco que me dan mucho gusto, en orden de aparición, primero hablaré de Yanelli, ella era, para nuestra época primaria y edad, una niña inocente, más que el resto, yo siempre vi su belleza, aunque en aquella época el resto de los niños, solo veían sus inusuales zapatos bostonianos a blanco y negro, que solo alcanzámos a conocer por las películas norteamericanas que consumiamos, eso y su corte de cabello tipo hongo, aunada a su ingenuidad y simpleza de ser. A mi siempre me agradó, porque era linda y no hacía daño a nadie.
Era vista como la clásica nerd, quizá me agradaba porque no era como el resto y ser como todos es, pues, no malo, pero muy parecido a lo ya conocido y reconocido, siempre me han cautivado más as criaturas distintas.
Años y redes sociales después la volví a encontrar, su cara era la misma, su complexión delgada también, pero la diferencia es que ella, ahora sabía que era hermosa, tanto, que era modelo, saberlo me encantó y me dio enorme gusto, celebré descubrir que se había convertido en ella misma, en una mujer hermosa que ahora sabía que lo era.
La otra historia, tiene qué ver con una compañera de la prepa que, otra vez, años y redes sociales después, encontré en para mi alegría convertida en la mujer que siempre quiso. Yo no lo sabía en aquel entonces, cuando la conocí, no sé si ella ya lo sabía, pero no importa saberlo, importa el ahora y en lo que ella poco a poco ha sido gracias a ella misma. Porque cuando la conocí, era un él, y siempre le vi como alguien tímido, admirablemente inteligente, tiene doctorado en matemáticas, pero lo que sí veía con mis ojos adolescentes, era a alguien contenido, ahora sé qué era lo que contenía. Contenía a la mujer que era, para que no se escapara.
Siempre es difícil renunciar o aceptar, como lo quieran ver, a ser la persona que estamos llamados a ser, sobre todo, si ser quien realmente eres y sueñas con ser, no coincide exactamente con lo que otros quieren y esperan de ti, sobre todo de la gente que amas. Su camino no ha sido sencillo, pero ella es ahora más parecida a la persona que siempre quiso ser y por lo tanto, sé que es más feliz, que tiene más paz. Admiro su coraje y valor, se necesitan huevos para ser una verdadera mujer. Y ella lo sabe mejor que yo. Además eligió un nombre hermoso que es suave, amigable y quiere decir amor por el conocimiento que la resumen perfectamente, Sofía, es muy Sofía.
Me encanta la gente que cambia, sobre todo para acercarse más a sí misma, y luchar por su felicidad.
Hay dos historias de dos personas que conozco que me dan mucho gusto, en orden de aparición, primero hablaré de Yanelli, ella era, para nuestra época primaria y edad, una niña inocente, más que el resto, yo siempre vi su belleza, aunque en aquella época el resto de los niños, solo veían sus inusuales zapatos bostonianos a blanco y negro, que solo alcanzámos a conocer por las películas norteamericanas que consumiamos, eso y su corte de cabello tipo hongo, aunada a su ingenuidad y simpleza de ser. A mi siempre me agradó, porque era linda y no hacía daño a nadie.
Era vista como la clásica nerd, quizá me agradaba porque no era como el resto y ser como todos es, pues, no malo, pero muy parecido a lo ya conocido y reconocido, siempre me han cautivado más as criaturas distintas.
Años y redes sociales después la volví a encontrar, su cara era la misma, su complexión delgada también, pero la diferencia es que ella, ahora sabía que era hermosa, tanto, que era modelo, saberlo me encantó y me dio enorme gusto, celebré descubrir que se había convertido en ella misma, en una mujer hermosa que ahora sabía que lo era.
La otra historia, tiene qué ver con una compañera de la prepa que, otra vez, años y redes sociales después, encontré en para mi alegría convertida en la mujer que siempre quiso. Yo no lo sabía en aquel entonces, cuando la conocí, no sé si ella ya lo sabía, pero no importa saberlo, importa el ahora y en lo que ella poco a poco ha sido gracias a ella misma. Porque cuando la conocí, era un él, y siempre le vi como alguien tímido, admirablemente inteligente, tiene doctorado en matemáticas, pero lo que sí veía con mis ojos adolescentes, era a alguien contenido, ahora sé qué era lo que contenía. Contenía a la mujer que era, para que no se escapara.
Siempre es difícil renunciar o aceptar, como lo quieran ver, a ser la persona que estamos llamados a ser, sobre todo, si ser quien realmente eres y sueñas con ser, no coincide exactamente con lo que otros quieren y esperan de ti, sobre todo de la gente que amas. Su camino no ha sido sencillo, pero ella es ahora más parecida a la persona que siempre quiso ser y por lo tanto, sé que es más feliz, que tiene más paz. Admiro su coraje y valor, se necesitan huevos para ser una verdadera mujer. Y ella lo sabe mejor que yo. Además eligió un nombre hermoso que es suave, amigable y quiere decir amor por el conocimiento que la resumen perfectamente, Sofía, es muy Sofía.
Me encanta la gente que cambia, sobre todo para acercarse más a sí misma, y luchar por su felicidad.
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