Ir al contenido principal

¡Échenle Pimienta!

Hace cuatro años que te moriste. Fue tal el impacto que quise escribir algo sobre ti, que ya escribías, que te pasaste la vida escribiendo y no pude. Curiosamente este año, muchos te han recordado públicamente y ha vuelto a mí, esa cosquilla o comezón de escribirte, de escribirle al mundo sobre ti.
Eras mi maestra, lo fuiste la primera semana de clases de mi primer año en la universidad, y lo fuiste además otros años, eras La Pimienta, así te conocían todos. Periodista, escritora, feminista (aunque nunca te asumiste así) pero sé que lo eras, porque estuve en tus clases, leí alguno de tus libros y porque sabía en carne propia que decir lo que uno piensa y ser mujer es tomado como un verdadero acto de herejía.
Eras de un pueblito cerca de Obregón, eras mamá, editora y sobreviviente de largas temporadas en hospital. La primera vez que escuché hablar de ti, estaba en la preparatoria, habría un evento en tu honor, para recaudar fondos, me invitaron a leer poesía y acepté. Fue la primera vez que escuché de ti, y aún sin saber nada, tu nombre me sonó a grandeza.
Te admiré, te admiro, superaste muchas cosas y nada te detuvo. Divorcio, rechazos de editoriales, enfermedad, ser madre nuevamente entrada en años. ¡Ay Pimienta! ¿Te acuerdas? Me decías Romandía, a pesar de ser mi segundo apellido, pero tu lo conocías, porque allá en Obregón aun quedaba el nombre de mi abuelo en una marquesina de la única refaccionaria de los alrededores.
Me decías ¡Romandía! Y yo recordaba con ese llamado, todas las historias de mis tíos cuando eran niños y por el patio del colegio alguna autoridad escolar los llamaba para reprenderlos, tan traviesos esos Romandía, me decías así y me sabía a una época añeja que no viví pero como si lo hubiera hecho.
Cada clase tuya me parecía un genial monólogo de cualquier obra de teatro, hablabas bien sabroso, tenías el don de saber contar historias. Tu no fuiste clásica a la hora de dar clases tampoco, y tus opiniones eran contestatarias y subversivas, me gustaba escuchar tus reflexiones sobre lo que fuera.
Recuerdo que en una clase, discutíamos sobre una película y dijiste que nada exime a las personas de sus responsabilidades, fue la única vez que te reté, repetí tu propia frase para contradecirte. Te quedaste muy seria y me miraste examinaste con qué seriedad había dicho eso, si solo por tufo a sabiondez o si de verdad pensaba lo que acaba de decir, viste que sí, que era algo que yo pensaba y sonreíste. Yo sé que lo hiciste porque supe defender lo que pensaba a pesar de que eso implicara contradecirte.
Y tú Pimienta, tú, me concediste el honor, aún siendo tu alumna, una mocosa que apenas descubría el mundo, confiaste en mí, fíjate que chingona eres, que en lugar de aplastarme porque yo prometía, me impulsaste, eso hace la gente grande, me invitaste a formar parte de tu panel de presentadores de tu libro “Ahí te hablan” y yo, la inexperta, la no reconocida, estaba ahí, hablando sobre tu trabajo, sobre ti. Agradezco haberte podido decir en vida, lo mucho que te admiraba, que te admiré y lo que te sigo admirando.
¡Saludos hasta el infinito maestra! ¡Y Gracias, muchas, muchas, muchas gracias! Hay que echarle más Pimienta a todo, que así sabe mejor.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Vida nada te debo

El día de mi cumpleaños recibí el primer abrazo de una amiga que estaba celebrando conmigo de la manera más random el 14 de febrero. Sin proponérnolo celebramos el Día del Amor y la Amistad cenando en casa sandwiches, en fachas y hablando de todo y nada. Vino el día siguiente, el de mi cumpleaños. No tenía ganas de celebrar como el año pasado, primero porque mi gran cómplice no estuvo en la misma ciudad, segundo porque el dinero/tiempo invertido el año pasado no trajo consigo mayor índice de felicidad, así que decidí anunciarlo así a quien me felicitó y preguntó: Estaré recibiendo abrazos en mi casa. Se lo dejé todo a la vida, vino quien quiso, quien preguntó, quien manejó e hizo cosas para venir. Estando aquí la música, la gente, el ambiente. Sin importar quién, por cada vez que persona que abrió el refrigerador para poner cerveza, siempre dejó escapar una expresión de: ¡órale! había más cerveza que personas eso era un hecho, había menos sillas que personas. ¿Ya les dije q

Diferencias de la lengua

Algo que hay que anotar es que los mexicanos y sobre todo los norteños solemos ser presumido y creamos una competencia de la nada, pues bien, en mi paso como sonorense por Sinaloa me he encontrado algunas diferencias lingüísticas en las que no me detendré profundamente pero... Piñado: La primera vez que lo escuché lo relacioné inmediatamente con la piña, sí, el fruto, que es delicioso sí, pero no creo que tenga la suficiente fuerza para expresar lo que ellos desean, como decir traumado, volado. Bichola: Para un sinaloense decente esta, no es una palabra altisonante y mucho menos vulgar, es una forma regional de decir que alguien está desnudo, lo que para nosotros es bichi. Mientras para nosotros es una forma que sonrojaría a cualquiera, no lo dirías enfrente de tu abuela para referirte al aparato sexual masculino. Sopitas : Esta es la más chistosa para mí, cuando llego a preguntar su procedencia hay un aire de indignación y una pregunta a la defensiva ¿y cómo le dicen allá? a

Polarizado oscuro

A ver, seré clara: tu estás buscando tu peso ideal, y has tenido una vida sendentaria, no es posible seguir descansando y esforzarse lo mismo pero que además hagas más ejercicio, comas mejor y tengas le mismo tiempo, todo por igual, en perfecto equilibrio, es decir: bajes de peso desde tu sillón. ¿Absurdo no? Pues los que rezan una y otra vez por el igualismo, una de sus lógicas es esta. Ahora les diré, no puede haber equilibrio si antes no se pasa por esto. Digamos que ahora hablamos de economía, la economía se mueve en ondas, arriba-abajo, y así es como fluctúa, es decir el ideal de economisma es llegar a arriba y no caerse, pero una realidad es que no puede mantenerse por siempre ganando, yendo hacia arriba, el equilibrio de ganancia deseado no existe. O si esto fuera un acto de psicomagia, tiene que haber sacudida para que el subsconciente, totalmente irracional “entienda” a donde quieres llevarlo. Ahora, si esto que te he dicho te suena lógico, te invito, te exhorto,