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Mostrando las entradas de octubre, 2019

Los días después

Más gente acercándose, más gente preguntando. Hubo otro Culiacán y fue el de la mayoría, gente protegiendo a gente desconocida.. A estas alturas estoy enfadada de contar lo mismo, pero tampoco puedo dejar de pensar en eso, porque en cuanto entro a las redes sociales todos son expertos en Seguridad Nacional, todos en política, todos esos que no están aquí y no tuvieron qué vivir ni lidiar con esto. Sigo sin ver los videos, si acaso alguna foto en algún medio informativo, las paso rápido. No quiero someter a mi cuerpo y a mi mente a ese miedo, a ese terror, aunque está en el aire, no quiero dejarle ganar. Desde el jueves a las 5 pm que logré llegar bien a casa no he salido salvo para comprar cosas para no salir. Hoy ya es domingo. Solo puedo decir cómo me siento. Estoy apática, sin fé en la humanidad, la falta de empatía de los "expertos" me hace ver que si México está jodido es porque nosotros somos los jodidos, dejando de fuera las políticas y centrándonos en las emoc

En llamas

Estaba en mi trabajo, entro a las 2:30 de la comida, como siempre, escuchando música con mis audífonos, y se escuchaba el rumor y ambiente extraño, me quito los audífonos y escuché metralletas, el sonido venía de los videos que, ahora sí, todos pusieron a todo volumen. Me levanté, había balacera era todo lo que sabía, fui recorriendo los pasillos hacia la salida porque no tenía ganas de escuchar esa orgía de balazos en la que todos participaban, y en todos lo mismo, la misma metralleta, todos viendo el mismo video, hablando de lo mismo. "Es que dicen que están acá, dicen que están allá" todo era "dicen". Desde que vivo en Culiacán no me había tocado nada así y tengo 4 años. En el centro ya había carros incendiados como en película apocalíptica, ya sabíamos de gente atrapada en negocios, resguardándose donde podían como podían. El terror estaba sembrado. Parecía una telenovela y película de ciencia ficción, pocas cosas informativas escuché o se difundieron, a mí

¡A quién le importa!

Cada vez que menciono una crítica o un comportamiento sistémico socialmente aceptado que obvia las conductas que la masculinidad misógina admite, ellos, se sienten ofendidos, saltan detrás de los arbustos a decir que no solo ellos hacen eso, que las mujeres también, que las denuncias falsas, que no generalice y que estoylotro. Pero no reflexionan ni analizan la carga económica, emocional, mental, física, simbólica, estética y hasta hormonal con la que cargamos las mujeres como comunidad. Esto incluye: Brecha salaria, la cual se traduce a una diferencia de sueldos de 35% entre hombres y mujeres, donde ellas, por supuesto, son las que menos ganan. Amor de madre y de esposa, esto se traduce a trabajo no remunerado ¿quién rayos trabaja feliz en un puesto las 24 horas y además sin sueldo? ¿quién? Pero es el deber de madre y esposa que todos se ocupan de ignorar sistemáticamente, hasta que no está mamá para lavar la ropa o hacer la cena, ahí sí notan que algo falta y que algui